Aunque hoy pueda resultar ajeno, el marítimo ha sido un campo de actividad administrativa en el que los Ingenieros Industriales tuvieron en su momento un papel relevante. Así, la inspección de buques que hoy constituye el core business del Cuerpo de Ingenieros Navales fue inicialmente ejercida por Ingenieros Industriales. También la administración pesquera contó en sus orígenes con Ingenieros Industriales entre sus efectivos.
En 1885, y “en vista de la imprescindible necesidad de contar en los puertos con el personal idóneo que inspeccione las construcciones y reparaciones de los buques de hierro, máquinas y calderas, justiprecie las averías por choques o colisiones e informe en cuanto a dicha clase de buques se refiere, con arreglo a lo dispuesto en la Ordenanza de Matrículas y Código de Comercio”, se crearían las plazas de «Perito Mecánico de los Puertos», a cubrir por Ingenieros y Peritos Mecánicos e Industriales, Jefes y Contramaestres de máquinas y fundición, y Maquinistas con título y cinco años de práctica. En 1886 sería nombrado Perito Mecánico del Puerto de Barcelona el Ingeniero Industrial Juan A. Molinas Soler, autor de numerosas publicaciones técnicas, entre ellas la muy reconocida «El Maquinista Naval».
Algunas de las figuras y diagramas incluidos en «El Maquinista Naval» del Ingeniero Industrial Juan A. Molinas Soler.
Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España
En 1909 se crearía la figura del «Perito Inspector de Buques», en principio desempeñada por los anteriores Peritos Mecánicos de los Puertos, unificando las funciones de estos con las de los Peritos Arqueadores –encargados del arqueo de embarcaciones- y los Maestros de Bahía –encargados del trazado de la línea de máxima carga-. Dada la escasez de Ingenieros Navales civiles, en sus reglas de provisión aprobadas en 1911 se recurría a una gran variedad de profesionales, entre ellos Ingenieros Industriales y Peritos Mecánicos con tres años de experiencia, a los que desde 1915 se les darían facilidades para la obtención de aquel título como alumnos libres de la Academia de Ingenieros y Maquinistas de la Armada del Arsenal de El Ferrol. En 1918 se restringiría a Ingenieros Navales –por entonces la práctica totalidad militares de la Armada- los concursos para «Perito Inspector Naval». El «Cuerpo de Ingenieros Navales» civil no se crearía hasta 1962.
En la organización de 1932 de la recién creada Subsecretaría de Marina Civil, además de contarse con dos Ingenieros Industriales civiles para su Inspección General de Buques y Construcción Naval, se contemplaría la dotación de cada Delegación regional de Pesca con un Ingeniero Industrial civil -o título equivalente- en posesión de certificado oficial de estudios de pesca del Instituto Español de Oceanografía –según los requisitos establecidos en los concursos que se convocaran en 1932 y 1934- que, con el apoyo de un asesor jurídico y un biólogo, ejercería cometidos en relación con “la inspección de las industrias de la pesca y de todas las derivadas del mar, cualquiera que sea la forma en que se efectúen; […] inspección y reconocimiento de artes y equipos de pesca, tanto en tierra como a bordo de los buques dedicados a esta industria; […] estadística de las embarcaciones, artes e industrias de pesca, tanto a flote como en tierra, fábricas y demás establecimientos industriales en que se preparen o transformen los productos de pesca; […] Escuelas de Pesca de carácter oficial, preparación de conferencias circulantes de divulgación y vulgarización científica en relación con las industrias pesqueras y preparación para Congresos nacionales e internacionales de pesca”.
Autor: Antonio Moreno-Torres Gálvez.
Ingeniero Industrial del Estado (Promoción 2003).
Este post es un extracto modificado del artículo “El Cuerpo de Ingenieros Navales”, publicado originalmente por el autor en el número de octubre de 2017 de la Revista General de Marina, y disponible aquí.