LA ORGANIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN INDUSTRIAL DE 1924

En 2024 se cumplen cien años del importante hito que para la configuración de una administración industrial en España supuso la creación de las Inspecciones Provinciales de Industria. Con esta decisión y otras que la acompañaran, y en lo que respecta al Cuerpo de Ingenieros Industriales, 1924 sería el año en el que por fin comenzaran a sentarse las bases de su estructuración, hibernada desde su creación en 1911, y posteriormente perfeccionada en sendos reglamentos orgánicos de 1928 y 1931.

La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial propició el desarrollo de cierto tejido industrial que, pese a resentirse a su finalización -crisis de 1917 y gran gripe española de 1918- , supondría una demanda creciente de servicios industriales (ver tabla, en la que se ordenan cronológicamente según el año de establecimiento) que, sin unidad de mando, venían siendo prestados en el territorio por Ingenieros Industriales oficialmente designados para cada uno de los servicios y a cambio de unos honorarios tarificados.

SERVICIOS PÚBLICOS PRESTADOS POR LOS INGENIEROS INDUSTRIALES


Fieles Contrastes Marcadores de Metales Preciosos (1825)
Reconocimiento, marcado y tasación de piezas de platino, oro, plata y otros metales y aleaciones preciosas de uso comercial. Garantía (custodia de punzones oficiales de contraste y registro de punzones de fabricante o importador), ensayo, contrastación (análisis químico y [piedra] de toque), reconocimiento, marcado e inspección de objetos (aislados o en partidas). Decomiso de piezas falsas. Registro de actuaciones.
Comprobadores de Pesas y Medidas (1849) Fieles Almotacenes (1867) Fieles Contrastes (1871) [servicio de aferición de pesas y medidas]Inventario de aparatos de medida de la provincia. Itinerario de recorrido de contraste por la provincia. Custodia del material de contraste (estuche de comprobación y materiales de aferición -punzones y troqueles-). Comprobación y marcado (inicial o periódico) de pesas (en series y sueltas), medidas e instrumentos de pesar o medir Punzonado de aparatos de medida. Vigilancia del uso de pesas y medidas (visitas de inspección).
Verificadores de Contadores Gas (1860) Agua (1907) Líquidos [Combustibles] (1921)Estudio y aprobación de laboratorios particulares de comprobación; estudio de sistemas de contadores para su homologación de prototipo y especificación de su forma de comprobación y verificación; comprobación y verificación (“precintado” o “marcado”) de contadores en laboratorios oficiales o in situ (en laboratorios particulares autorizados o a domicilio). Requerimientos de impermeabilidad, sensibilidad y regularidad. Otros cometidos referidos a instalaciones y aparatos de consumo, servidumbres de paso, tarificación, control del fraude o regularidad en el suministro.
Verificadores de Contadores Electricidad (1901)
Ingenieros-Inspectores de Automóviles (1900)Inspección de vehículos (primer reconocimiento y sucesivos). Examen de conductores. Verificación de taxímetros (inicial y periódica): actuaciones similares a las de otros tipos de contadores.

Fuente: elaboración propia

Para corregir su dispersión, en 1924 –en pleno Directorio Militar de Primo de Rivera- se dictan una serie de disposiciones que avanzarían en su organización, homogeneización y profesionalización y que, relevantemente, involucrarían a los prestadores en tareas estadísticas y de inspección industrial.

LOS SERVICIOS CENTRALES: LA JEFATURA SUPERIOR DE INDUSTRIA

Aparte de estos servicios facilitadores, los servicios coercitivos de inspección industrial (seguridad de instalaciones, equipamientos –calderas y máquinas de vapor- y productos; sanidad industrial/ambiental -actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas-; e higiene industrial -seguridad e higiene en el trabajo-) venían prestándose desde 1902 por un «Negociado de Industria» del por entonces Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio e Industria -luego Fomento de 1905 a 1922-, creado para estos cometidos de policía y los propios de ordenación de actividades (reglamentación, homologación y régimen de actividades y medios de producción asociados). Todo ello conformaría una incipiente política industrial, para cuya mejor formulación se potenciarían los servicios de tipo estadístico, primero en 1915 con la creación en el Ministerio de Fomento de una Sección Especial de Estadística de la Producción Industrial y luego en 1919 con un Real Decreto sobre su obligatoriedad y verificación.

Restricciones a las importaciones aparte –arancel de Cambó de 1922-, elemento fundamental de esta protopolítica eminentemente proteccionista sería el auxilio a las nuevas industrias y el desarrollo de las existentes, establecido por una Ley de fomento de 1917, continuista con la anterior de 1907 de protección a la industria nacional, que configurase un sistema de discriminación positiva basado en la restricción de las compras públicas a los artículos de producción nacional con carácter general, y el control de la oferta mediante un sistema de acreditación conducente a la obtención de un «Certificado de Productor Nacional»-CPN que a los industriales que lo poseyeran otorgaba ventajas arancelarias, tributarias, mercantiles –financieras y concursales- y de otro tipo.

Organizativamente, y en cuanto a los servicios centrales del Ministerio, en 1917 ya se había estructurado una «Sección de Industria» en la Dirección General de Comercio, Industria y Trabajo del Ministerio de Fomento con los siguientes negociados: Fábricas y talleres; Industrias nuevas; Invenciones; Estadística industrial; Registro de la Propiedad Industrial y Mercantil; e Inspección industrial. Y luego en 1922, dentro ya de un nuevo Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria escindido del de Fomento, una «Subdirección de Industria» del máximo rango organizativo que habría de ser dirigida por un Ingeniero Industrial con categoría de Jefe de Administración y organizada en tres secciones, al haberse separado como tal el Registro de la Propiedad Industrial –en el ámbito del cual los Ingenieros Industriales venían sirviendo desde 1877 en materia de asesoría técnica y verificación de explotación de patentes- y al haberse creado una nueva dedicada a Enseñanza e Investigación.

La sección principal de esta Subdirección de Industria se redenominaría por Orden de 7 de enero de 1924 como «Sección de Ingenieros» y pasaría a estar compuesta de tres negociados, cuyo mando se reservaría también a Ingenieros Industriales: Estadística industrial; Industrias nuevas e invenciones; e Inspección industrial -fábricas y talleres, verificación de contadores de electricidad, gas y agua e inspección de calderas-.  A modo de gabinete técnico, unidad de apoyo o Subdirección Adjunta, por Orden del 12 de febrero de 1924 se crearía la Secretaría Técnica de la Subdirección de Industria, que quedaría a cargo del Ingeniero Industrial de mayor categoría administrativa.

Por Real Decreto de 9 de junio de 1924 que organizara las dependencias y servicios del Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria, y sobre la base de la anterior Subdirección de Industria, se estructuraría en el Ministerio una «Jefatura Superior de Industria» con las siguientes secciones: I) Inspección –de la enseñanza y los servicios industriales-; II) Enseñanza Industrial; III) Ingenieros (con los servicios de Estadística Industrial; Inspección Industrial; Industrias nuevas e invenciones; Pesas y Medidas; y Aeronáutica civil); IV) Propiedad Industrial; y V) Institutos afectos –Escuelas de Aprendizaje, Escuelas Industriales, Escuelas de Ingenieros Industriales, Junta de Patronato de Ingenieros y Obreros pensionados en el extranjero, y Laboratorios de Investigación Industrial-. La Jefatura Superior de Industria entendería de los nombramientos de personal y de las relaciones con las Inspecciones Provinciales de las que se trata en el apartado siguiente.

La visibilidad en el organigrama de la cuestión de las enseñanzas industriales, manifiesta desde 1921 cuando las Escuelas de Ingenieros Industriales se consignaron en el presupuesto del Ministerio a cargo de industria –dependencia mantenida hasta 1932 que se vincularan al de Instrucción y Bellas Artes-, se vería reforzada en 1924 con un «Estatuto de la Enseñanza Industrial» –seguido luego de un «Estatuto de Formación Profesional» de 1928- que reconcebiría aquella desde su sometimiento pleno al criterio y tutela de la Jefatura Superior de Industria, muestra de la cual sería la asignación de cometidos estadísticos a las Escuelas de enseñanza industrial, cuyos alumnos colaborarían en la recogida de datos como trabajo de prácticas.

Cabe resaltar que en 1924 se dictaría también un relevante Real Decreto de 12 de abril de 1924 que hacía extensible al agua y al gas la naturaleza de servicio público, que ya en 1920 se reconociera para el suministro de electricidad, reforzando por tanto los aspectos de su control administrativo (homologación y comprobación de contadores, calidad de suministro, supervisión tarifaria, …) propios de los servicios de verificación que llevaban a cabo los Ingenieros Industriales.

LOS SERVICIOS PERIFÉRICOS: LAS JEFATURAS PROVINCIALES DE INSPECCIÓN INDUSTRIAL

Por Orden de 25 de enero de 1924 que apelaba a la necesidad de creación y refuerzo de un nexo armónico entre poder público y producción basado en la mutua confianza, y con el objeto de intensificar las labores de estadística e inspección insuficientemente cubiertas por los servicios centrales, se crearían los «Servicios Provinciales de Inspección Industrial». Actuando como oficinas provinciales del Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria, adscritas al Negociado de Inspección industrial de su Subdirección de Industria, y como Negociados de Industria de los Gobiernos Civiles, entenderían de los asuntos relacionados con las industrias mecánicas, químicas y eléctricas organizándose en cuatro servicios (inspección de fábricas y talleres y timbrado de calderas; verificación de contadores de líquidos y gases; verificación de contadores eléctricos; y contrastación de metales preciosos) a las que luego -por el citado Real Decreto de 9 de junio de 1924- se unirían dos más (pesas y medidas –últimos eslabones de la cadena de trazabilidad metrológica, dependiente originariamente del Ministerio de Fomento y, desde 1900, del de Instrucción Pública y Bellas Artes, al que quedaría adscrito un Instituto Geográfico Nacional con cometidos en materia de metrología de precisión, inspección técnica y patrones internacionales-; e inspección de automóviles -dependiente hasta entonces directamente de los Gobernadores Civiles-). A la Oficina de Inspección Provincial de Madrid se adscribirían también los Ingenieros Industriales de la Subdirección de Industria que, a diferencia de sus compañeros adscritos a los servicios, recibían retribuciones fijas con cargo a los presupuestos del Ministerio.

Fuente: Boletín Oficial de la Provincia de Madrid de 5 de Mayo de 1925

El personal seguiría perteneciendo a cinco plantillas independientes (Fieles Contrastes de Pesas y Medidas; Verificadores de Contadores de Electricidad; Verificadores de Contadores de líquidos y gases; Ingenieros-Inspectores de automóviles y verificadores de taxímetros; y Fieles Contrastes de Metales Preciosos) con sus propias oficinas autónomas, pero se establecían elementos de cohesión tales como una jefatura a cargo del más antiguo –desde la terminación de los estudios- de los Ingenieros Industriales, una Junta Técnica de Ingenieros Industriales a modo de cuerpo consultivo, o sendos esquemas para el reparto de honorarios por inspección de fábricas y talleres y timbrado de calderas (20% para el Ingeniero Jefe y el 80% para el Ingeniero que realizara el servicio) y el soporte de sus gastos (en proporción a los ingresos). Las oficinas de verificación de contadores y contrastación de metales mantendrían su autonomía financiera. El citado servicio de inspección de fábricas y talleres y timbrado de calderas (consistente en una prueba de prensado hidrostático para la determinación manométrica de la presión de seguridad y etiquetado de la presión máxima de trabajo -presión de timbre-) sería prestado indistintamente por Ingenieros de cualquiera de las plantillas, que se repartirían equitativamente la carga de trabajo.

Indicar que en esta Orden de 15 enero de 1924 también se requeriría a las industrias nuevas y existentes, y a efectos de la obligatoria inscripción –condición sine qua non para la obtención de la autorización de funcionamiento-, información estadística -relativa a la clase de industria, obreros y máquinas y aparatos- para su remisión al Negociado de Estadística Industrial del Ministerio y, en su caso –instalaciones eléctricas de alta tensión, calderas o recipientes a presión, materias combustibles, insalubres o peligrosas, o potencia superior a 50 caballos-, declaración responsable -firmada por Ingeniero Industrial titulado, o Perito Industrial para instalaciones inferiores a cierto umbral de potencia, tensión y número de obreros-, cuya omisión daría lugar a las correspondientes actuaciones de inspección.

En cuanto a la estructuración de los servicios periféricos, sería particularmente relevante el Real Decreto 22 de noviembre de 1924 organizando las «Inspecciones Provinciales de Industria». En aquellas provincias en que las que un servicio no rindiera el ingreso líquido (ingresos netos de gastos) anual mínimo de 6.000 pesetas se procedería a su acumulación con otros; por el contrario, en aquellas en las que rindiera por encima del máximo de 20.000 pesetas se procedería a su división, prohibiéndose la adscripción de un ingeniero a varios servicios. Se buscaba así garantizar unas retribuciones dignas y uniformes y, como contrapartida, complementar los servicios prestados con trabajos en materia de inspección y estadística, verdadero talón de Aquiles para la incardinación de una política industrial como tal.

Se establecieron asimismo requisitos de residencia e incompatibilidades, así como una oficina única por localidad para cada servicio, y la obligación de nombramiento de un Ayudante facultativo-Perito Industrial, al que le correspondería un tercio de la diferencia entre los ingresos y gastos del servicio. Se perseguía asegurar así la competencia de los Ayudantes oficiales garantizando al mismo tiempo una remuneración decorosa, pues hasta entonces su recurso era potestativo y a expensas de los Ingenieros del servicio de Inspección Industrial, requiriéndose únicamente el título de Perito Industrial –mecánico, químico o eléctrico- y aprobación de su nombramiento por la Subsecretaría del Ministerio en el solo caso de que el Ayudante actuase oficialmente en nombre de su Jefe.

Relevantemente en cuanto a selección de personal para los servicios, se establecía un mecanismo para la cobertura de vacantes por concurso centralizado en el Ministerio, priorizando la antigüedad en el servicio y, para nuevas incorporaciones de ingreso libre, la titulación de Ingenieros Industrial. La categoría administrativa sería la de Jefe de Negociado de Tercera Clase.

En lo simbólico, pero como una señal más de la potenciación de la figura del Ingeniero Industrial al servicio del Estado, por Real Orden de 14 de julio de 1924 se extendería a los dependientes del Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria el uso del uniforme de servicio ordinario de los Cuerpos de Ingenieros civiles del Estado dependientes del Ministerio de Fomento.

Uniforme de Diario, para actos de servicio ordinario. Versión unificada para todos los Cuerpos de Ingenieros civiles del Estado (1924)

Fuente: «Uniformes y emblemas de la Ingeniería civil española». Manuel Silva Suárez. Institución Fernando el Católico (1999)

LA FIGURA DE JUAN FLÓREZ POSADA Y OTROS INGENIEROS INDUSTRIALES

El insigne Ingeniero Industrial Juan Flórez Posada (Catedrático de Teoría de Máquinas y Director de la Escuela de Madrid de 1907 a 1913) serviría en el Ministerio desde su incorporación en 1917 como asesor –responsable intermedio entre el Director General y los Jefes de Negociado- al frente de la Sección de Industria, y luego como Subdirector General/Jefe Superior de Industria hasta 1929, llegando a ostentar efímeramente la cartera como Ministro en funciones -Subsecretario de Trabajo, Comercio e Industria encargado del despacho- entre diciembre de 1923 y febrero de 1924 cuando sería sustituido por Eduardo Aunós. También dirigiría el «Negociado de Asesoría Industrial» del Ministerio de Abastecimiento durante el periodo 1918-1929 en que existió tal departamento.

Gran impulsor de la Asociación Nacional de Ingenieros Industriales, sería artífice de la creación en 1911 del Cuerpo de Ingenieros Industriales –el conflicto que en 1912 provocara el rechazo de otros Cuerpos de Ingenieros y su decidida defensa le costaría su cese como Director de la Escuela-, de la organización de los servicios industriales centrales y provinciales de 1924, y de su reglamento de 1928 –dictado siendo Aunós Ministro de Trabajo, Comercio e Industria del Directorio Civil de Primo de Rivera-. A raíz del posicionamiento de los Ingenieros Industriales en el “conflicto artillero” de 1929 presentaría su dimisión como Subdirector de Industria y su renuncia a la Cátedra, sufriendo un apercibimiento que no se levantaría hasta 1931, ya con la República, cuando retomaría su actividad docente hasta su prematura muerte por accidente de tráfico en 1933.

Juan Flórez Posada

En enero de 1924 Flórez Posada designaría al frente de la Sección de Ingenieros de la Subdirección de Industria al eminente Ingeniero Industrial y curioso personaje Vicente Burgaleta y Pérez de Laborda (que junto con él se incorporara al Ministerio allá por 1917 ocupando la jefatura del Negociado de Inspección industrial desde 1922), así como a los Ingenieros Industriales Pedro Calvo y Pablo, Antonio Grancha Baixauli y Enrique Mellado Lafuente como Jefes de los distintos negociados de la Sección de Ingenieros –inspección, nuevas industrias y estadística, respectivamente-. Al frente de la Secretaría Técnica nombraría al Ingeniero Industrial Juan Pasqual del Pobil y Ametller, que durante la época de Flórez al frente del Ministerio ocupó interinamente el cargo de Subdirector de Industria. Todos ellos, con la salvedad de Burgaleta -separado del servicio en 1926-, constarían en el primer escalafón del Cuerpo de Ingenieros Industriales confeccionado a raíz de su reglamentación en 1928.

Autor: Antonio Moreno-Torres Gálvez

Ingeniero Industrial del Estado (Promoción 2003)

Nota: Este texto es un extracto modificado del artículo “Génesis y evolución reglamentaria del Cuerpo de Ingenieros Industriales del Estado” incluido en el libro “El Cuerpo de Ingenieros Industriales del Estado. Historia, Actuaciones y Testimonios”, publicado en 2018 por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y disponible para su libre descarga en https://www.mintur.gob.es/es-es/publicaciones/Paginas/DetallePublicaciones.aspx?cod=INDUS443